El doctor José Antonio Bastos denuncia en A Coruña el “deterioro moral” y la “distorsión de prioridades” de los Estados ante la situación de los refugiados y el bombardeo a hospitales en Asia Occidental
Porque “el sufrimiento no conoce fronteras”, Médicos Sin Fronteras reivindica el acceso a personas que necesitan ayuda “estén donde estén”. Así lo subraya la organización humanitaria cuando se presenta a sus grupos de interés y así lo recordó su presidente en España, José Antonio Bastos, durante la conferencia que ofreció el pasado 4 de mayo en la Universidade da Coruña, en el ciclo En Código Abierto de la Cátedra Inditex-UDC de Responsabilidad Social.

Bajo el título “La acción social de MSF hoy”, el doctor especializado en medicina familiar, enfermedades tropicales y salud pública ofreció una ponencia cargada de experiencias, imágenes y golpes de realidad que no dejó indiferente a ninguno de los asistentes. “Nuestra responsabilidad social es nuestra propia misión social”, advirtió Bastos, asumiendo que resultaría “imposible” separar la RS del resto de líneas de actuación de Médicos Sin Fronteras, al igual que sucede en la mayor parte de organizaciones del tercer sector. La responsabilidad social parece ser más su razón de ser que una estrategia reputacional o una pata más del gobierno corporativo.
“La responsabilidad social no se ejerce haciendo algo bonito junto al objetivo de tu organización, sino a conciencia”, apostilló el que fuera responsable de múltiples equipos de intervención en países como Somalia, Bolivia, Rusia, Angola y Tanzania. Y es que, añadió, el principio de actuación fundamental de MSF “siempre será la Humanidad”.
Situación internacional
Durante su intervención, Bastos puso sobre la mesa sus preocupaciones ante la situación internacional actual, sobre la cual aseguró que “algo va mal cuando hasta los hospitales están siendo bombardeados” en países que a diario sufren ataques que “indican el nivel de deterioro moral y distorsión de prioridades de los Estados”. Otro ejemplo de ello, continuó, es el drama de los refugiados -dicho de una forma más fiel a la realidad, de quienes huyen buscando asilo y esperan refugio- y la “respuesta tortuosa y cruel” de la Unión Europea.
Pese a estos golpes de la “dura realidad”, el presidente de Médicos Sin Fronteras España señaló que “la única manera de no equivocarse es evitar implicarse”, invitando a la sociedad a “sacudirse la indiferencia y meterse a fondo” en lo que supone una responsabilidad social tan individual como colectiva.