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«No se trata de echar de menos, si no de echar de más: hay que poner solución al exceso de vehículos particulares»

Hacer frente a la contaminación y reducir los tiempos que pasamos en los desplazamientos. Estos son dos de los retos a los que nos enfrentamos cuando hablamos de la movilidad del futuro. Esta deberá ser sostenible, pero también eficiente y permitir “que enfoquemos la movilidad como un servicio y no por el concepto de propiedad”. Estas son palabras de Alberto Rosende, fundador de Moter, una empresa que ofrece el alquiler de motos 100% eléctricas por minuto en A Coruña. Con esta alternativa ecológica se puede circular libremente por la ciudad y cuenta con un área de estacionamiento definida que se extiende por gran parte del área urbana.

¿Cómo surge la idea de crear una alternativa de movilidad sostenible para una ciudad como A Coruña? ¿Qué es lo que echabais en falta en la ciudad dentro de la oferta de transporte?

Como casi todas las ideas, esta surge de una necesidad detectada. Aunque en este caso no se trataba de echar de menos, si no de echar de más: hay que poner solución al exceso de vehículos particulares. Los problemas de circulación en horas punta, la mala fluidez del tráfico y la contaminación del aire y acústica son las implicaciones directas más comentadas. Pero estas son las consecuencias finales y no se deberían dedicar los recursos a subsanarlas, lo que se debería es atacar la causa.

Desde nuestro punto de vista, el problema radica en el convencionalismo social de asociar la libertad a la posesión de los bienes. La sensación de que debemos tener nuestro vehículo ahí por si acaso lo necesitamos. Pero la realidad es que los vehículos particulares están parados el 95% del tiempo de su vida útil. Es decir, estamos sometiendo nuestra ciudad a un modelo de movilidad que obliga a destinar el espacio público como campa de almacenaje. El reino de los coches, por encima de las personas.

Por eso nuestra propuesta es traer a la ciudad un nuevo concepto, la movilidad como servicio. Te proporcionamos la infraestructura para que te puedas mover con la libertad de tu vehículo propio, pero evitando que se quede ocupando espacio cuando no lo uses, porque otras personas lo estarán usando.

¿Podrías resumirnos en pocas palabras el proceso de alquiler?

Es verdaderamente sencillo. Todo está pensado para ahorrarle tiempo al cliente y evitarle los típicos desplazamientos a la oficina de un alquiler convencional. Permitimos acceder a un vehículo en cuestión de minutos y empleando sólo su teléfono. Este sistema es lo que hace posible el alquiler por minutos.

El primer paso es registrarse para que validemos que su documento de identidad y permiso de conducir son aptos. Al abrir la app se muestra un mapa de A Coruña con la posición de toda la flota en tiempo real, distribuida por la ciudad para que el cliente seleccione el vehículo que más le convenga. Dispone de 20 minutos gratis de reserva para llegar a la moto. Una vez allí, desde la app puede encender y apagar la moto, así como abrir o cerrar el baúl para acceder a los dos cascos.

¿Qué papel tiene Moter dentro de la movilidad de Coruña? ¿Será posible que una alternativa como la vuestra termine desplazando el gran uso que se hace del vehículo privado en la ciudad? ¿O por el momento se está acogiendo más como algo puntual o de momentos de ocio?

El enfoque de Moter en A Coruña es ponerse al servicio de los ciudadanos que hacen su vida en la ciudad. Somos una alternativa más en los servicios de transporte. Perimitimos que los usuarios tengan un abanico más amplio de opciones que se adaptan a diferentes necesidades.

Inicialmente sí que se detectó un uso esporádico de desplazamientos más recreativos que de necesidad, pero también asociado a que era la novedad. Poco a poco se ha visto una evolución en el tipo de uso del servicio, con la mayor parte de las reservas de viajes más rutinarios. Y gran parte del público lo acepta como una alternativa real para moverse por la ciudad.

Nuestra opinión es que sí desplazará el uso de los vehículos particulares. Es un proyecto ambicioso, pero estamos convencidos por una sencilla razón: es lo más beneficioso para el usuario y el entorno.

Nacisteis al borde de la pandemia, ya que cuando las motos llevaban solo una semana en las calles, se declaró el confinamiento. Y aun así, un año y medio después, seguís rodando. ¿Podríais darnos algunos datos de cómo ha sido el crecimiento de negocio? ¿Qué perspectivas a corto y medio plazo tenéis en mente?

Posiblemente no haya sido la mejor fecha para iniciar ningún tipo de negocio. Y especialmente una empresa de transporte no debería vivir su mejor arranque durante un confinamiento. En cambio, pese a este panorama, he de decir que todavía sigo impresionado por la enorme acogida que hemos tenido. Nuestra comunidad cuenta ahora con más de 5000 miembros que han recorrido más de 80.000 kilómetros por la ciudad, dos vueltas al mundo.

Creemos que cuando algo funciona hasta en las peores circunstancias es porque era necesario. Por eso, nuestro planteamiento es claro: seguir creciendo para ampliar el alcance y la oferta de vehículos. Ha sido un difícil comienzo que hemos sabido resolver, pero todavía nos queda mucho recorrido.

¿Cómo es el perfil de las personas que usan vuestras motos?

La verdad es que el servicio abarca gente de todas las edades. Particularmente el cliente tipo tiene alrededor de 30 años y en la mayoría de los casos es hombre, aunque la brecha de sexo se ha ido reduciendo hasta ser ahora una cuarta parte de mujeres en nuestra comunidad.

En la mayoría de los casos son desplazamientos al trabajo y viajes ocasionales para realizar recados. A medida que aumentamos la oferta de motos en servicio, se observa una tendencia a que aumenten los viajes más rutinarios. Los clientes cuentan con que estemos ahí.

Teniendo en cuenta que antes que las motos, en A Coruña ya existía un servicio de bicicletas municipal y oferta de patinetes eléctricos, ¿cómo veis la convivencia de todos estos transportes con los peatones? ¿Será fácil o dependemos de que haya un gran esfuerzo por parte de los ciudadanos para una correcta adaptación?

Respecto a la convivencia con los peatones, en nuestro proyecto ya contemplamos el uso de motocicletas dado que este vehículo suponía menos distorsión que los patinetes, que son vehículos a los que la sociedad y la legislación se está acostumbrando todavía. En el caso de las bicicletas, son alternativas que pueden convivir perfectamente, porque satisfacen necesidades diferentes. Además en el caso de las bicicletas, el sistema dispone de bases de estacionamiento, mientras que el modelo de Moter es un sistema “free floating» que permite encontrar las motos cerca y ajustarse lo máximo posible a tu destino.

Lo que está claro es que para la correcta convivencia el esfuerzo tiene que surgir de ambas partes: la ciudadanía tiene que acostumbrarse a la evolución de los modelos de movilidad y nosotros debemos proveer la infraestructura suficiente y saber hacer lectura de sus necesidades para adaptarnos al entorno.  

Por último, ¿qué consideráis indispensable para que una movilidad sostenible sea realidad, tanto en A Coruña, como en otras ciudades?

Una vez que tenemos el apoyo de los usuarios, es necesario el apoyo de la administración. Las empresas estamos impulsando los nuevos modelos, pero el verdadero cambio de paradigma necesita de mucho más que poner la infraestructura en la calle. El ayuntamiento está trabajando en renovar un Plan de movilidad que lleva vigente desde hace décadas, pero es necesario llegar al fondo del asunto. E incluso trabajar en el desarrollo de un nuevo planteamiento urbanístico que ponga al ciudadano en el centro de la cuestión y vele por el aprovechamiento de los espacios públicos.

Por poner un ejemplo, desde Moter estamos comenzando a familiarizarnos con el concepto de “supermanzanas” que consiste en organizar la ciudad en bloques de manzanas que cortan el tráfico en el interior para poder ser aprovechados como zonas peatonales, manteniendo las vías suficientes que permitan comunicar perfectamente todas las zonas de la ciudad. En este modelo claramente el coche particular sale bastante perjudicado, por eso es necesario ofrecer a los ciudadanos soluciones fiables que le permitan hacer su vida normal.

Confiamos en que este es el camino, terminar con el reinado de los coches en la ciudad devolviéndole a las personas el espacio que les pertenece.

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