Las amenazas del cambio climático y la necesidad de un estilo de vida más sostenible impulsarán nuevos sectores de la economía y reforzarán otros que ya existen pero que tienen un alto potencial de crecimiento. Entre ellos destaca el sector del plástico, que es clave para reducir las externalidades negativas de la actividad humana.
Tal y como pone de manifiesto el informe «La nueva economía del plástico: catalizando la acción» del Foro Económico Mundial, que celebra su cumbre anual en Davos entre el 17 y 20 de enero, cada año se pierden entre 80.000 y 120.000 millones de dólares (entre 75.000 y 114.000 millones de euros al cambio actual), que es el 95% del valor del plástico que se usa solo una vez, sin darle una segunda vida.
El estudio también aporta otros datos relevantes, como que 40 años después del lanzamiento del primer símbolo internacional de reciclaje, apenas el 14% de los envoltorios de plástico se recogen para su reciclaje en todo el mundo.
En los últimos 50 años, los plásticos han penetrado con fuerza en la economía, debido a su versatilidad, coste y eficacia. A pesar de los claros beneficios, el plástico acumula significativos puntos negativos, lo cual se convierte en un reto social y económico de primera magnitud.
El informe señala que sería rentable la reutilización del 20% de los envoltorios de plástico y el reciclaje del 50% gracias a la puesta en marcha de mejoras para el diseño de nuevos sistemas de segundo uso. El 30% restante de material plástico (por peso), equivalente a 10.000 millones de bolsas de basura cada año, actualmente está destinado por diseño a vertedero e incineración y requiere una innovación y rediseño fundamentales, pues de lo contrario no se podría reciclar.