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«La tecnología está cambiando el mundo y las mujeres tenemos que estar presentes en la sociedad del futuro»

Este 2021 se cumplen 10 años de que la Unión Internacional de Telecomunicaciones, el organismo especializado en telecomunicaciones de la Organización de las Naciones Unidas, estableciese el cuarto jueves de abril como el Día Internacional de las Niñas en las TIC. Esta es una fecha para luchar contra la infrarrepresentación femenina en el sector STEM (las siglas en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).

El área tecnológica es una de las que, tanto a nivel mundial como en nuestro país, presenta una de las mayores brechas de género. Ya no hablamos solo de la presencia de las mujeres en las empresas: el informe Descifrar el código: La educación de las niñas y las mujeres en ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM) publicado por la UNESCO, indica que esta fisura ya se empieza a mostrar en los primeros años de la educación secundaria. Cuando comienza la especialización de los estudiantes, se abre una brecha que va aumentando significativamente en la transición a niveles superiores como bachillerato o estudios de posgrado.

Para tratar en profundidad las razones de por qué las niñas no muestran interés por el área científica en un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, hablamos con Amparo Alonso Betanzos, catedrática de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidade da Coruña, presidenta de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (AEPIA), coordinadora del Grupo LIDIA (Laboratorio de Investigación y Desarrollo en Inteligencia Artificial) y miembro del comité científico del Centro de Investigación en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (CITIC) de la UDC.

Es el décimo aniversario de Girls in ICT y cada año vemos más iniciativas que intentan impulsar el talento femenino en las STEM. ¿Este esfuerzo se está traduciendo en las aulas? ¿Está empezando a haber más mujeres matriculadas?

No, todavía no se ve reflejado. Creo que necesitamos tiempo para afrontar la situación, de hecho, incluso la tendencia se ha revertido. Ahora mismo el porcentaje de graduadas en informática es de un 12%. Cuando empezó la carrera, en los años 80, no llegaba a la mitad, pero sí estaba en más de un 30%. Así que en ese aspecto diría que estamos retrocediendo.

Justamente respecto a esta descompensación, el último informe Científicas en Cifras del Ministerio de Ciencia e Innovación indica que un 10% de los niños esperan trabajar en las TIC, frente a un 1% de las niñas. ¿A qué crees que se deben datos como estos? ¿Qué es lo que frena a las mujeres? ¿Seguimos educando en estereotipos, nos faltan referentes…?

Son muchas cosas, es un terreno muy complicado. Pero es cierto que no estamos alentando a las niñas a que se dediquen a las TIC. Por ejemplo, desde los medios de comunicación se está inculcando una serie de exigencias a las niñas. Unas exigencias de comportamiento determinadas, que ponen mucha presión social en las niñas respecto a su aspecto físico, su forma de vestir…

Tiene mucho peso también el estereotipo que tenemos del informático, que muchas veces incluso las películas fomentan. Y fíjate que digo informático, hombre. Que es un estereotipo que existe y es negativo. Se le ve como una persona con un aspecto físico peculiar, un hombre asocial, aislado del mundo.

Llama la atención que hay estudios que dicen que incluso niños y niñas de 9 años asocian la ingeniería y la informática con destrezas y capacidades masculinas. Las capacidades no tienen una correlación con el sexo, no hay carreras de hombres ni de mujeres. Pero el hecho de que cada vez haya más chicos en la facultad, hace las chicas lo vean como un terreno mucho más hostil.

La informática en realidad es una carrera muy abierta, donde se trabaja mucho en equipo y hay mucha relación social. También permite una gran conciliación, a diferencia de otras profesiones que puedan tener un horario más rígido que exijan estar determinadas horas fuera de casa. Al contrario de lo que se pueda creer, proporciona mucha flexibilidad.

Respecto a los referentes, es cierto que en los últimos años se ha ido reconociendo cada vez más el papel de las mujeres en la ciencia. En el colegio todos aprendimos quién fue Marie Curie, pero estamos viviendo un movimiento gracias al que estamos haciendo ver que la persona precursora del wifi, del libro electrónico y otros avances tecnológicos fundamentales para nuestra vida actual fueron mujeres.

Sí, es cierto que ahora ya hemos accedido a toda esa información. Y es curioso, porque como decía antes, cuando la carrera se inició en España había muchas más mujeres que ahora. Sabemos también que las primeras programadoras fueron mujeres. Pero nos siguen faltando referentes femeninos. Por ejemplo: en los libros de texto. Si nos paramos a analizarlo, veremos que solo un 7% de los referentes de cualquier disciplina son mujeres. Imagina cuánto baja la cifra cuando hablamos de las STEM.

Tenemos un problema. Como país, dentro de la Unión Europea y a nivel mundial. Hay un informe de la UNESCO que nos indica la ironía de la igualdad y la cantidad de mujeres que se dedican a la tecnología. Repasas los datos y ves que en países como Arabia Saudí, alrededor del 40% de las personas que con estudios relacionados con la tecnología son mujeres. Mientras, en países que se presuponen más igualitarios, como Holanda, el porcentaje femenino en el sector baja a un 12. 

Y en cuanto a las mujeres que son, por ejemplo, informáticas, programadoras, matemáticas… en empresas de Galicia, que los datos dicen que son pocas, pero las hay: ¿Por qué crees que no se hacen ver, que no presumen de su carrera laboral tanto como los hombres? No hace falta irnos a las precursoras, ellas mismas podrían ser un gran referente para las niñas de su alrededor.

Tenemos un gran problema de invisibilidad. Y necesitamos dar mucha más visibilidad ya desde la infancia. Te pongo un ejemplo que hablaba el otro día con una compañera: en mi grupo de estudio hay prácticamente una igualdad 50-50. Pero resulta curioso que en otro grupo similar, liderado también por una mujer, haya más porcentaje de mujeres que en otros. El gran porcentaje de chicos convierte las facultades en un terreno hostil, como ya dije, y la presencia femenina parece animar más a las mujeres a unirse a grupos de investigación.

También seguimos teniendo un problema de educación, reforzando una imagen que no nos ayuda para nada. Cuando en una familia hay un hijo y una hija y un solo ordenador, el ordenador seguramente esté en la habitación del hijo. En mi caso, el ordenador estaba en la habitación de mi hermano, pero irónicamente yo soy la que se dedica a la informática. Y sé que esto es algo que sigue pasando en los hogares.

Sabiendo que en nuestro país no hay suficientes mujeres que se dediquen a este sector, si existen empresas interesadas en alcanzar una igualdad real y contar con mujeres en su equipo, ¿piensas que son conscientes de que para llegar a esa meta tienen o que fomentar las vocaciones científicas o importar el talento? Por todo lo que hemos comentado, posiblemente haya muchas chicas que no decidan dedicar su carrera laboral al mundo científico o tecnológico porque simplemente les abruman unos estudios superiores de este tipo y estamos desaprovechando muchas oportunidades muy valiosas.

El mundo TIC es completamente transversal y las empresas están empezando a ser conscientes de que tenemos un problema. Ya no se trata de que haya más mujeres informáticas o matemáticas, si no de que las mujeres, independientemente de su campo, deben saber manejar todas las nuevas herramientas para no quedarse atrás.

La tecnología está cambiando a la sociedad. Mismamente lo vimos en el confinamiento, con la televisión y las plataformas de entretenimiento basadas en algoritmos a las que todos dimos uso. O el ejemplo diario de que ya nadie te pregunta por la calle una dirección, todos usamos el móvil. Igual que antes veía a un grupo de chavales en un banco, en el que todos estaban mirando el móvil. Que no digo que esto último esté bien, ojo. Pero tenemos que ser conscientes de que las TIC están provocando un cambio, una revolución en el mundo y las mujeres tenemos que ser parte de ese cambio, tenemos que definir cómo queremos que avance la sociedad.

Por último, teniendo en cuenta que existe una gran brecha de género en muchos sectores, pero sobre todo en el STEM que parte de una gran desigualdad de base, ¿podrías darnos una conclusión, como perspectiva de futuro?

Es una realidad que la tecnología está cambiando el mundo y este nuevo contexto lo tenemos que construir todos juntos. Las mujeres tenemos que dar nuestra opinión, estar presentes y participar en la sociedad del futuro.

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