Xela Arias es la quinta mujer homenajeada por la Real Academia Galega con motivo del Día das Letras Galegas desde 1963. La quinta de 59, 61 si se tiene en cuenta que en 1998 el elegido fue el trío de Trobadores de Ría de Vigo, compuesto por Martín Códax, Medinho y Johan de Cangas.
La autoría de una obra relevante en lengua gallega, la década entre la muerte y la designación y ser “una persona de calidad cultural y humana que merezca proponerse como ejemplo a la sociedad gallega de hoy” son los tres criterios que, año tras año, ha de tener en cuenta la Academia para su homenaje del 17 de mayo. Fecha que, por otra parte, celebra cada aniversario de la publicación de «Cantares Gallegos», primera obra en gallego de Rosalía de Castro.
A la vista de ese 8% de mujeres que integra la lista de “figuras senlleiras” recogida por la RAG y del escaso protagonismo en la Historia de otras olvidadas, silenciadas o incluso exiliadas pese a ser pioneras en sus respectivos ámbitos -Concepción Arenal, escritora; Emilia Pardo Bazán, escritora y periodista; María Luz Morales, periodista; María Mallo, pintora; o Sofía Casanova, corresponsal de guerra- semeja que las mujeres no solo han sido borradas de la historia de la Ciencia, sino también, al menos en el caso de las gallegas, de las Letras.
Constructora de una poética desafiante de los moldes convencionales mediante un inconformismo creativo y solidario, Xela Arias reclama libertad a través de la escrita. De “palabra transgresora”, según la escritora y traductora Marilar Aleixandre, Arias desempeñó gran parte de su (corta) carrera profesional como traductora llevando al gallego, tal y como recuerda el presidente de la Real Academia Galega y exdirector de Xeráis, Víctor F. Freixanes, en una entrevista con Europa Press, grandes obras de la literatura universal de James Joyce, Roald Dahl, Angela Carter, Bram Stoker o Baudelaire.
En su ánimo de dar forma a la poesía para cuestionar el orden de las cosas, la que será la protagonista de las Letras Galegas de 2021 pasó del trabajo de edición y traducción a la docencia al tiempo que publicó “Denuncia o equilibrio” (1986), “Tigres coma cabalos” (1990), “Darío a diario” (1996) e “Intempériome” (2003), la cual finalizó meses antes de su muerte, que la sorprendió a dos semanas de su presentación. Antes, participó en obras colectivas – “Rosalía na palabra de once poetas galegas”, “Daquelas que cantan” y “Palabras de muller”- y fue finalista del premio de poesía Esquío por “Lili sen pistolas”, obra inédita por, al parecer -según diversos coetáneos de Arias-, no sentirse su autora del todo conforme con la misma.
Una celebración masculinizada pese a su origen femenino
“Porque todavía no les es permitido a las mujeres escribir lo que sienten y lo que saben”. Cuatro años antes de publicar la obra – “Cantares Gallegos”- que un siglo después pondría fecha a la celebración del Día de las Letras Galegas, Rosalía de Castro hizo tal sentencia en el prólogo de su primera novela, “La hija del mar” (1859). Como un capricho del destino, si existe, la denuncia de la escritora padronesa la convirtió en una defensora temprana de los derechos de las mujeres. Rosalía de Castro fue la primera homenajeada, y de ahí lo del destino, por el Día de las Letras de Galicia, en 1963, pero desde entonces solo le han seguido otras cuatro mujeres: Francisca Herrera Garrido en 1987, María Mariño en 2007, María Victoria Moreno en 2018 y Xela Arias, anunciada para este 2021.