La Fundación Compromiso y Transparencia, acaba de publicar su informe sobre la transparencia de las fundaciones en sus respectivas web, poniendo de manifiestos sus aciertos y carencias. Respecto a este último punto, en el caso de las fundaciones empresariales, el desglose de los gastos destinados a los fines de interés general y a los gastos administrativos resulta, según el estudio, «especialmente problemático» por varias razones. «Por la vinculación natural entre la fundación y la empresa puede haber casos en que no sea fácil deslindar qué actividades persiguen fines de interés general y cuáles, en realidad, benefician a la empresa».
Por otra parte, la Fundación Compromiso y Transparencia señala que «no es infrecuente» que los sueldos de algunas personas que forman parte de la plantilla de la fundación y gestionan algún proyecto «se imputen a los gastos destinados a la financiación de proyectos o programas y no a los gastos administrativos».
El análisis de la web de las fundaciones muestra que tan solo las fundaciones Atresmedia, F.C. Barcelona y Seur (un 3% de la muestra) publican «de manera visible» el desglose de sus gastos. «Las fundaciones no pueden excusarse de esta omisión» justificando que esa información ya se encuentra publicada en sus Cuentas generales y/o en el Plan de actuación, pues esos dos documentos «no siempre resultan comprensibles» y, precisamente, con la inclusión del indicador sobre el desglose de los gastos lo que se pretende es que las fundaciones hagan el esfuerzo de expresar gráficamente de manera clara y comprensible el compromiso que han adquirido con toda la sociedad de destinar sus recursos a la persecución de fines de interés general.
El informe es tajante: «no se pueden subestimar estas cuestiones». Y se explica: «si a la carencia de patronos externos en los patronatos de las fundaciones empresariales, se le suma la falta de una misión correctamente formulada, la ausencia de mecanismos de evaluación del órgano de gobierno y la insuficiencia en la información sobre el destino de los gastos, existe un terreno abonado para sentir una honda preocupación por el gobierno de las fundaciones».
Las ONGs, las más concienciadas
Si en cualquier organización la información sobre el destino o aplicación de los fondos es una cuestión crítica, en el caso de las fundaciones resulta especialmente importante por ser instituciones que “administran” donativos de terceros destinados al cumplimiento de fines de interés general.
Esta característica obliga a las fundaciones a destinar un porcentaje mínimo de sus ingresos al cumplimiento de los fines de interés general. En España ese porcentaje mínimo es “el 70% de los resultados de las explotaciones económicas que se desarrollen y de los ingresos que se obtengan por cualquier otro concepto, deducidos los gastos realizados para la obtención de tales resultados o ingresos”, según el artículo 27.1 de la Ley de Fundaciones. Si las fundaciones incumpliesen esa obligación no solo estarían contraviniendo un simple precepto legal, sino que podrían perder su carácter fundacional (Cfr. Art. 3.3, Ley de Fundaciones).
Según los resultados del estudio, la «gran mayoría» de las ONG (se trate de fundaciones o asociaciones) que captan fondos del público son «muy conscientes» de estas exigencias, y por esa razón suelen informar de manera muy visible del porcentaje de gastos destinados a los proyectos o programas y del porcentaje destinado a los gastos administrativos o de estructura. El Gráfico 1 se muestra un ejemplo de Médicos sin Fronteras en el que, como se puede observar, se desglosan los porcentajes de fondos destinados a la administración de la organización (5%), a la captación de fondos (13%) y a la misión social (los proyectos o programas propiamente dichos, un 82%).