“Difícil no quiere decir imposible”. Así de simple. El responsable de RSC en la Secretaría Internacional de Comisiones Obreras de Industria, Isidor Boix Lluch, lo tiene claro: “Es necesario romper con la sensación de que no podemos hacer nada para contribuir al respeto de los derechos laborales”.
Los mecanismos de diálogo social y negociación colectiva puestos en marcha por Inditex con sus proveedores sirvieron de ejemplo al, además de sindicalista, ex coordinador de IndustriALL Global Union para el Acuerdo Marco Global con la firma textil para hablar en la Universidade da Coruña sobre la dignidad del trabajo en el mundo.
La Cátedra Inditex-UDC de RS celebró el pasado 2 de junio el acto de clausura de la sexta edición de su Curso de Especialización en Responsabilidad e Innovación Social. Un acto en el que el rector de la Universidad coruñesa, Julio Abalde; el presidente de su Consejo Social, Antonio Abril; la vicerrectora del Campus de Ferrol, Araceli Torres; y la directora de la Cátedra, Marta Rey, hicieron entrega de los diplomas a los recién egresados, que asistieron además a la conferencia de Boix Lluch.
Bajo el título “¿Podemos contribuir a la dignidad del trabajo en el mundo, a una globalización sostenible?”, el ponente aseguró haber visto, a lo largo de su carrera profesional -empezó a trabajar en CCOO en 1982-, “formas de trabajo que permiten avanzar en este mundo”. En este sentido, subrayó el papel de la responsabilidad social corporativa y de la solidaridad individual y colectiva para “ir más allá de la mera propaganda”. “La solidaridad interesa lógicamente al que la recibe, pero ha de interesar también a quien la practica”, apostilló.
Ante la progresiva degradación de las condiciones de trabajo en las cadenas de suministro de algunas multinacionales, Boix urgió la puesta en marcha de mecanismos que se encarguen de garantizar el cumplimiento de los derechos laborales, pues, dijo, “no llega con que sean reconocidos”. Una realidad, recordó, de suma importancia si se tiene en cuenta que “aproximadamente la mitad de la clase trabajadora mundial está relacionada con la producción de las multinacionales”, que suponen alrededor de un 60% del valor económico mundial y el 80% del comercio internacional.
