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«Los nuevos desafíos sociales y ecológicos solo se alcanzarán si existe una banca ética»

Katrin Kaeufer, presidenta y directora ejecutiva del Presencing Institute de Estados Unidos

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Las investigaciones y reflexiones de Katrin Kaeufer suponen un soplo de aire fresco para las complejas estructuras del sistema financiero. Su experiencia en el ámbito de la banca ética guarda algunas claves que pueden marcar los pasos de los bancos en los próximos años. Actualmente es presidenta y directora ejecutiva del Presencing Institute de Estados Unidos, además de investigadora sénior del Community Innovators Lab (CoLab) del Instituto Tecnológico de Massachussetts (MIT), una de las universidades más importantes del mundo. Sus investigaciones se centran en liderazgo, transformación social y banca socialmente responsable. Ha sido consultora para grandes y pequeñas compañías, ONGs, el Banco Mundial y el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas. Su libro más reciente (2013), del que es coautora con C. Otto Scharmer, se titula “Liderando desde el futuro emergente: de una economía egocéntrica a otro ecocéntrica”.

Hablamos con Katrin Kaufer, cofundadora, presidenta y directora ejecutiva del Presencing Institute de Estados Unidos.

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Katrin Kaeufer, presidenta de Presencing Institute
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Actualmente usted es una de las investigadoras más importantes en la banca socialmente responsable. ¿Cuáles son las mayores tendencias y qué países son los más avanzados en este sector?
La banca ética muestra diferencias en función de la región o el país, pero se puede encontrar en cualquier parte del mundo. Europa tiene un grupo fuerte de bancos éticos que están centrados en los desafíos ecológicos. En Latinoamérica están especializados en las microfinanzas, mientras que en los Estados Unidos se preocupan más por el desarrollo rural y de determinadas comunidades. Pero la mayor tendencia actual procede de un aspecto externo, que es la digitalización. Por ahora, aún desconocemos cómo este fenómeno puede afectar a la banca ética, pero sí sabemos que cambiará de forma radical el sector financiero. Crowdfunding, fintechs o la banca móvil son ejemplos de innovaciones y la pregunta es cómo pueden utilizarse desde una perspectiva de banca ética.

¿Podría indicarnos alguna política pública que impulse la banca ética o la economía basada en valores?
En diversas zonas del mundo las políticas públicas están determinadas, en su mayoría, por la banca tradicional. El trabajo de lobby que hacen los grandes bancos es una de las razones que lo explica. No obstante, podemos encontrar casos de iniciativas gubernamentales que apoyan la banca ética, como es el caso de la Community Reinvestment Act en los Estados Unidos o el apoyo de las Sparkassen (similares las cajas de ahorros españolas) y bancos regionales en Alemania. Lo que sí echamos en falta es una conciencia del impacto de la regulación en la banca ética, así como en cualquier banco pequeño.

¿Qué le llevó a analizar más a fondo la banca socialmente responsable?
Los bancos deciden nuestro futuro cuando toman decisiones sobre dónde invertir y a quién prestar. Si no contamos con bancos que pongan el foco, al mismo tiempo, en lograr los desafíos sociales y ecológicos a los que nos enfrentamos, nunca seremos capaces de alcanzarlos. Eso fue lo que me inspiró a la hora de empezar a trabajar con bancos éticos.

Ya hay ejemplos de políticas públicas que apoyan la banca ética, como la Community Reinvestment Act de Estados Unidos y las Sparkassen (similares a las cajas de ahorros españolas) en Alemania

¿Es más consciente ahora la gente de su responsabilidad en la economía que hace 10 o 20 años? ¿En qué sentido?
A día de hoy sí observamos un cambio en la concienciación sobre nuestro papel en el sistema económico en general y su impacto. También vemos que las empresas se dan cuenta de que pueden ayudar a afrontar los desafíos urgentes de las sociedades a través de la forma en que operan, además de que ya no pueden ignorar las consecuencias de sus negocios más allá de las fronteras de sus respectivas organizaciones, como es el caso de compañías que deben luchar contra el hecho de que sus proveedores hagan uso del trabajo infantil o las empresas energéticas que pasan a ser el foco de determinados movimientos. Con esta mayor conciencia es cada vez más complicado para el mundo de los negocios obviar su impacto en la sociedad y el medio ambiente.

¿Podría explicarnos el cambio que se produce desde un sistema económico egocéntrico a uno ecocéntrico? ¿Cómo podría este novedoso fenómeno cambiar el mundo?
El paso de un sistema económico egocéntrico a ecocéntrico describe una transformación que observamos en muchas comunidades y negocios. La teoría económica se refiere a nuestro interés individual como una fuerza impulsora de actividades económicas. Pero la cuestión obvia es ¿qué se engloba dentro de nuestro interés individual? ¿Hablamos solo de nuestro sueldo o de nuestras intenciones de alcanzar un objetivo? ¿Se trata de nuestra comunidad o nuestros hijos? El cambio de un sistema económico egocéntrico a ecocéntrico abarca el ensanchamiento de nuestro propio interés. En resumidas cuentas, describe la habilidad de actuar desde nuestro interés individual así como desde un todo, incluyendo en él tanto la naturaleza, nuestra comunidad, familia y los grupos de interés de la compañía.

El sector bancario en Europa está bastante preocupado por los tipos de interés negativos y el ascenso de las empresas fintech. ¿Considera que las entidades financieras están viviendo una nueva época?
Así es, los bajos e incluso negativos tipos de interés están cambiando radicalmente el sector financiero. Los nuevos cambios disruptivos, combinados con la digitalización, transformarán la banca en el futuro. Para entender mejor lo que está sucediendo, las tasas de interés bajas o negativas significan, ante todo, que hay mucho dinero y pocas opciones de inversión. Y la digitalización es un proceso donde los emprendedores extraen elementos muy específicos del ámbito bancario a partir de los que construyen sus propios negocios. Hay muchas voces que creen que en 8 o 10 años ya no habrá bancos tal y como los conocemos ahora.

Los bajos tipos de interés y la digitalización están cambiando el sistema bancario y es probable que en 8 o 10 años ya no sea tal y como lo conocemos ahora

¿Supone el tamaño del banco un obstáculo para estar más próximo de sus clientes?
No cabe duda de que, cuanto más grande es un banco, más difícil es que permanezca conectado con su cliente local. La estandarización de las entidades financieras para reducir costes siempre significa apartarse de las necesidades del cliente final.

Hace unos años, los banqueros creían que la mejor forma de sobrevivir era formando entidades demasiado grandes para caer. ¿Considera que el tamaño es una garantía total para la supervivencia?
Si un banco es “demasiado grande para caer” sus gestores tienen la garantía de que el gobierno y, por tanto, los ciudadanos, irá a su rescate porque hacer lo contrario supondría el colapso de la economía al completo. Por tanto, sí, es una garantía. La cuestión es que, y lo vemos reflejado en Basilea III, estos bancos no solo tiran abajo un país, sino que también tienen un impacto global.

Uno de los desafíos de la banca ética es la escalabilidad. ¿Es posible la existencia de un banco ético con cientos de miles de millones de euros en activos?
No lo sé, no hay ejemplos de ello. El argumento de los que analizamos y trabajamos con la banca ética es que una de las anclas más importantes de la misión de este tipo de entidades está relacionada con su propiedad y control. Sin embargo, este elemento por sí solo no garantiza que su misión siga viva. Los bancos lidian con una construcción legal, que es el dinero. Y el dinero puede ser digitalizado y transferido en cuestión de segundos. En consecuencia, es necesaria mucha intención para mantener la misión en un banco como un criterio decisorio vital.

¿Por qué la transparencia es clave en el desarrollo de la banca ética?
No hay forma de tener un criterio único para cada decisión en banca ética. Por tanto, para integrar unos valores y una misión en el sector bancario es necesario diálogo y flexibilidad. En este sentido, la transparencia es una clave, dado que, si los depositantes no tienen acceso a la información sobre el impacto de su entidad financiera, se pierde una importante herramienta de contabilidad.

Puedes leer la entrevista original en inglés aquí.

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