Esto no se ha terminado, y parece que aún queda un largo camino por delante en el que aprender a convivir con la COVID19 y para poder frenar sus efectos de forma real.
Mientras no llega ese momento la sociedad en general se resiente, y eso queda reflejado en los estudios que se están realizando en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, que indican que la situación es cada vez peor, porque la crisis sanitaria repercute en el resto de los aspectos.
En este momento se acuerda uno de aquello de que la salud es lo más importante, aunque las frases de los mayores siempre la relacionan con el amor y el dinero en este caso afecta a los 17 puntos de los ODS. Los últimos informes presentados por Naciones Unidas dejan patente que los ODS se han parado o han sufrido graves retrocesos desde marzo, cuando la COVID19 fue declarada pandemia mundial y modificó el mundo y la sociedad tal y como la conocíamos.
Esto ha derivado en graves consecuencias sanitarias, personales y económicas que dejan por delante un escenario aún más complejo, pero no por ello imposible de aprovechar.
Si en la vida hemos de extraer una lectura positiva de casi todo, lo que nos sucede de esta pandemia también. Se han modificado ritmos vitales y han cambiado las prioridades. En España se sucedieron las semanas en las que la mayoría de la gente tuvo que sobreponerse al miedo y reinventarse.
En la reinvención está la base de darle un nuevo impulso al cumplimiento de los ODS. En un contexto en el que el mundo globalizado ha pasado a ser menos globalizado: cada país tiene sus propias luchas y se ha pasado a mirar menos a los demás (más allá de comparar cifras). En estos momentos de cambio social se trata de dar pasos para recuperar la dañada economía con el objetivo de lograr la recuperación social. Mirar al comercio de barrio y cercanía, aportar responsablemente en la lucha contra el hambre y las desigualdades sociales, que también se traducen en el segmento educativo, ese que muestra dos velocidades y que tantos peligros entraña para un futuro inmediato (aunque en ocasiones parezca lejano).
Viajamos menos, recuperamos más, hemos aprendido a aprovechar cada cosa… eso en muchos casos, en otros muchos se han multiplicado las compras por Internet y el consumo fácil. Buscar los equilibrios sigue siendo la lucha en la que todas las empresas deben aportar sus conocimientos y acciones para un beneficio global. Estamos en un momento en el que aportar al mundo es importante y contarlo es imprescindible, la actual situación no debe traducirse en un parón empresarial, sino en una apuesta por el cumplimiento de ODS, por energías limpias, reciclaje, aprovechamiento de recursos como fuente económica más allá de aquella imagen verde que hace años debían vender las empresas. Ahora son acciones económicas con repercusiones que se traducen en una cadena: la economía circular.
Por otro lado, la COVID19 ha demostrado que la igualdad laboral, social y económica entre hombres y mujeres no solo no ha desaparecido, sino que se ha incrementado, siendo mayoritariamente las mujeres las grandes perjudicadas en España, pero mucho peor están en otros países donde las niñas y mujeres serán las últimas en reincorporarse a las escuelas, las últimas en volver al camino del desarrollo.
¿Quieres saber una cosa? Los ODS se han parado o han sufrido retrocesos desde marzo, esa es una realidad que nos han dicho todos los estudios. Ahora toca ser parte activa de una sociedad global que dé pasos pensando en presente y futuro. ¿Qué quieres hacer tú para avanzar? Ningún ODS parece estar más débil, sino que es una cadena en la que la intervención de la sociedad global, de forma conjunta, es la única que logrará reconducir lo que está sucediendo en 2020 y que afectará al desarrollo de los últimos años.